"Nada que reprochar, y eso que tenía un serio carácter mi querida Dulce María, pero al conversar con ella en la intimidad era una de las personas más elocuentes y divertidas que he conocido. Conservo cartas de una sencillez admirable, algunas las publiqué en mi libro Los misterios de La Habana.
Dulce María, en su aparente rectitud ocultaba a una de las personas más entrañables que he conocido. Igual que otro gran amigo escritor, Guillermo Cabrera Infante, al que le adjudicaban fama de airado, y era el hombre más dulce, delicado, y que se daba el lujo de ser irónico para que nos matáramos de la risa." Zoé Valdés
LA BALADA DEL AMOR TARDÍO
Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?
Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya...
Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana... -No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar...
Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal...
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.
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