Sunday, November 28, 2010
El Beso, Salvador Pliego
Saturday, November 27, 2010
Juan Clemente Zenea
¡Memorias tuyas! ¡Y llorar piadosa!,
es recordarme en horas de martirio
mis muertas horas de descanso y calma,
y hablarme de una noche deliciosa,
de un beso, una lágrima, un delirio,
de la primera convulsión de un alma.
Del baile y de emociones fatigados,
salimos al jardín a errar dichosos;
enfrente de un ciprés nos detuvimos,
y en el sabroso platicar, sentados
al pie de unos resales olorosos,
¡oh, que cosas tan dulces nos dijimos!
Tu juventud con sus brillantes galas,
la música, tu voz, el claro cielo,
la presión de tu mano,
el céfiro noctivago en sus alas
débil hurtando en perezoso vuelo
los últimos aromas del verano,
todo alentaba la pasión ardiente;
Y alarmados, mujer, nuestros sentidos,
en busca de suspiros anhelantes,
hubo una vez en que al alzar la frente
mis labios atrevidos
tocaron en tus labios palpitantes.
Tocaron nada más. Firme constancia
me prometiste, y sin temor de engaños,
nos descubrimos el pasado entero:
alegres juegos en tu fresca infancia
y un ángel hechicero
todo el querer de mis floridos años.
"Infelice de mí!" -clamaste ansiosa-.
"¡Te quiso otra mujer! ¡Oh, suerte impía!"
Y te angustiaste al escuchar su nombre;
y entonces fue la lágrima copiosa,
cuando entendiste que albergar podía
más de un amor el corazón del hombre.
Viajando libre, a su placer perdido,
mi espíritu en el éter se espaciaba
por los orbes de luz del firmamento,
y algo pálido, azul, indefinido,
las auroras eternas presagiaba
y la vida inmortal del pensamiento.
Ingenua, melancólica, sensible,
mirándome inocente,
en mí depositaste tu confianza,
y en la mar bonancible
de la plácida edad adolescente
sus áncoras lanzó nuestra esperanza.
En presencia de Dios, con un suspiro,
dejamos el ciprés y los rosales,
y al vals animador tornando luego
sentimos las esferas celestiales
que en torno nuestro en caprichoso giro
volaban en atmósfera de fuego.
Después los votos, el adiós, la cita;
y más tarde la esquela,
al cauteloso conversar a solas;
tribulaciones e ilusión marchita,
un drama, una novela,
un gran naufragio en las mundanas olas.
Para nunca, jamás, volver a verte
los hados implacables
entre nosotros dos, dando un gemido,
como abriendo los antros de la muerte,
nos abrieron abismos insondables
de soledad, separación y olvido.
Y así llegar he visto prematura
mi estación del otoño; se detienen
las aguas al helarse en las orillas,
corona ya las cumbres nieve pura,
y a todo su correr, rápidos vienen
los tiempos de las hojas amarillas.
es recordarme en horas de martirio
mis muertas horas de descanso y calma,
y hablarme de una noche deliciosa,
de un beso, una lágrima, un delirio,
de la primera convulsión de un alma.
Del baile y de emociones fatigados,
salimos al jardín a errar dichosos;
enfrente de un ciprés nos detuvimos,
y en el sabroso platicar, sentados
al pie de unos resales olorosos,
¡oh, que cosas tan dulces nos dijimos!
Tu juventud con sus brillantes galas,
la música, tu voz, el claro cielo,
la presión de tu mano,
el céfiro noctivago en sus alas
débil hurtando en perezoso vuelo
los últimos aromas del verano,
todo alentaba la pasión ardiente;
Y alarmados, mujer, nuestros sentidos,
en busca de suspiros anhelantes,
hubo una vez en que al alzar la frente
mis labios atrevidos
tocaron en tus labios palpitantes.
Tocaron nada más. Firme constancia
me prometiste, y sin temor de engaños,
nos descubrimos el pasado entero:
alegres juegos en tu fresca infancia
y un ángel hechicero
todo el querer de mis floridos años.
"Infelice de mí!" -clamaste ansiosa-.
"¡Te quiso otra mujer! ¡Oh, suerte impía!"
Y te angustiaste al escuchar su nombre;
y entonces fue la lágrima copiosa,
cuando entendiste que albergar podía
más de un amor el corazón del hombre.
Viajando libre, a su placer perdido,
mi espíritu en el éter se espaciaba
por los orbes de luz del firmamento,
y algo pálido, azul, indefinido,
las auroras eternas presagiaba
y la vida inmortal del pensamiento.
Ingenua, melancólica, sensible,
mirándome inocente,
en mí depositaste tu confianza,
y en la mar bonancible
de la plácida edad adolescente
sus áncoras lanzó nuestra esperanza.
En presencia de Dios, con un suspiro,
dejamos el ciprés y los rosales,
y al vals animador tornando luego
sentimos las esferas celestiales
que en torno nuestro en caprichoso giro
volaban en atmósfera de fuego.
Después los votos, el adiós, la cita;
y más tarde la esquela,
al cauteloso conversar a solas;
tribulaciones e ilusión marchita,
un drama, una novela,
un gran naufragio en las mundanas olas.
Para nunca, jamás, volver a verte
los hados implacables
entre nosotros dos, dando un gemido,
como abriendo los antros de la muerte,
nos abrieron abismos insondables
de soledad, separación y olvido.
Y así llegar he visto prematura
mi estación del otoño; se detienen
las aguas al helarse en las orillas,
corona ya las cumbres nieve pura,
y a todo su correr, rápidos vienen
los tiempos de las hojas amarillas.
Friday, November 26, 2010
Juan Clemente Zenea
V
Con su voz infantil, voz deliciosa
que vibra en mis oídos todavía,
al llover de la nieve silenciosa
libros de cuento mi Piedad leía.
Al pie de la caliente chimenea
yo al ver su rostro satisfecho estaba;
y mi santa mujer, ¡bendita sea!,
allí a su lado en su labor pensaba.
Ayer así nos contemplaba el cielo;
y hoy en mi hogar las desventuras moran,
ellas suspiran en extraño suelo
y mi destino y mi tormento ignoran.
Y yo al recuerdo de mis horas bellas
no se si viven mientras yo no muero;
¡y aquí pensando sin cesar en ellas
el fin del drama en la prisión espero!
Con su voz infantil, voz deliciosa
que vibra en mis oídos todavía,
al llover de la nieve silenciosa
libros de cuento mi Piedad leía.
Al pie de la caliente chimenea
yo al ver su rostro satisfecho estaba;
y mi santa mujer, ¡bendita sea!,
allí a su lado en su labor pensaba.
Ayer así nos contemplaba el cielo;
y hoy en mi hogar las desventuras moran,
ellas suspiran en extraño suelo
y mi destino y mi tormento ignoran.
Y yo al recuerdo de mis horas bellas
no se si viven mientras yo no muero;
¡y aquí pensando sin cesar en ellas
el fin del drama en la prisión espero!
Thursday, November 25, 2010
Desnudo en sombra, Almudena Guzmán
Volverse a enamorar.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...
y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...
y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.
Wednesday, November 24, 2010
Palabras a la aridez, Cintio Vitier
Palabras a la aridez
No hay deseos ni dones que puedan aplacarte.
Acaso tú no pidas
(como la sed o el amor)
ser aplacada.
La compañía
La compañía
no es tu reverso arrebatador,
donde tus rayos,
que se alargan asimétricos y ávidos por la playa sola,
girasen melodiosamente
girasen melodiosamente
como las imantadas puntas de la soledad
cuando su centro es tocado.
Tú no giras ni quieres cantar,
aunque tu boca de pronto es forzada a decir algo,
a dar una opinión sobre los árboles,
a entonar en la brisa que levemente
estremece su grandioso silencio,
una canción perdida, imposible,
como si fueras la soledad, o el amor, o la sed.
Tú no giras ni quieres cantar,
aunque tu boca de pronto es forzada a decir algo,
a dar una opinión sobre los árboles,
a entonar en la brisa que levemente
estremece su grandioso silencio,
una canción perdida, imposible,
como si fueras la soledad, o el amor, o la sed.
Pero la piedra tirada
en el fondo del pozo seco,
no gira ni canta;
no gira ni canta;
solamente a veces,
cuando la luna baña los siglos,
echa un pequeño destello como unos ojos
que se abrieran cargados de lágrimas.
cuando la luna baña los siglos,
echa un pequeño destello como unos ojos
que se abrieran cargados de lágrimas.
Tampoco eres una palabra,
ni tu vacío quiere ser llenado con palabras,
por más que a ratos ellas amen tus guiños lívidos,
se enciendan como espinas en un desértico fuego,
quieran ser el árbol fulminado,
la desolación del horno,
el fortín hosco y puro.
No, yo conozco tus huraños deseos,
No, yo conozco tus huraños deseos,
tus disfraces.
No he de confundirte con los jardines de piedras
ni los festivales sin fin de la palabra.
No la injurio por eso.
No he de confundirte con los jardines de piedras
ni los festivales sin fin de la palabra.
No la injurio por eso.
Pero tú no eres ella,
sino algo que la palabra no conoce,
y aunque de ti se sirva, como ahora, en mí,
para aliviar el peso de los días,
tú le vuelves la espalda,
le das el pecho amargo,
la miras como a extraña,
la atraviesas sin saber su consistencia ni su gloria.
La vacías.
No se puede decir lo que tú haces
porque tu esencia no es decir ni hacer.
Antigua, estás, al fondo, y yo te miro.
Todo lo que existe pide algo.
La mano suplicante
la miras como a extraña,
la atraviesas sin saber su consistencia ni su gloria.
La vacías.
No se puede decir lo que tú haces
porque tu esencia no es decir ni hacer.
Antigua, estás, al fondo, y yo te miro.
Todo lo que existe pide algo.
La mano suplicante
es la sustancia de los soles y las bestias;
y de la criatura que en el medio es el mayor escándalo.
Sólo tú, aridez,
y de la criatura que en el medio es el mayor escándalo.
Sólo tú, aridez,
no avanzas ni retrocedes,
no subes ni bajas,
no subes ni bajas,
no pides ni das, piedra calcinada,
hoguera en la luz del mediodía, espina partida,
montón de cal que vi de niño
hoguera en la luz del mediodía, espina partida,
montón de cal que vi de niño
reverberando en el vacío de la finca,
velándome la vida,
velándome la vida,
fondo de mi alma, ardiendo siempre,
diurna, pálida, implacable, al final de todo.
diurna, pálida, implacable, al final de todo.
Y no hay reposo para ti, única almohada
donde puede mi cabeza reposar.
Y yo me vuelvo
de las alucinantes esperanzas que
son una sola,
de los actos infinitos del amor
que son uno solo,
de las velocísimas palabras devorándome
de las velocísimas palabras devorándome
que son una sola,
despegado eternamente de mí mismo,
despegado eternamente de mí mismo,
a tu seno indecible,
ignorándolo todo,
ignorándolo todo,
a tu rostro sin rasgos,
a tu salvaje flor,
amada mía.
Cintio Vitier
Cintio Vitier
SABERTE AQUÍ..., Mario Benedetti
Podés querer el alba
cuando quieras
he conservado intacto
tu paisaje
podés querer el alba
cuando ames
venir a reclamarte
como eras
aunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho más
esta noche otra noche
aquí estarás
y cuando gima el tiempo
giratorio
en esta paz ahora
dirás
quiero esta paz
ahora podés
venir a reclamarte
penetrar en tu noche
de alegre angustia
reconocer tu tibio
corazón sin excusas
los cuadros
las paredes
saberte aquí
he conservado intacto
tu paisaje
pero no sé hasta dónde
está intacto sin vos
podés querer el alba
cuando quieras
venir a reclamarte
como eras
aunque el pasado sea
despiadado
y hostil
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros
aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.
Mario Benedetti
cuando quieras
he conservado intacto
tu paisaje
podés querer el alba
cuando ames
venir a reclamarte
como eras
aunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho más
esta noche otra noche
aquí estarás
y cuando gima el tiempo
giratorio
en esta paz ahora
dirás
quiero esta paz
ahora podés
venir a reclamarte
penetrar en tu noche
de alegre angustia
reconocer tu tibio
corazón sin excusas
los cuadros
las paredes
saberte aquí
he conservado intacto
tu paisaje
pero no sé hasta dónde
está intacto sin vos
podés querer el alba
cuando quieras
venir a reclamarte
como eras
aunque el pasado sea
despiadado
y hostil
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros
aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.
Mario Benedetti
Tuesday, November 23, 2010
Abandonados, Gioconda Belli
Tocamos la noche con las manos
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja negra.
Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los días que se dejan pasar
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja negra.
Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los días que se dejan pasar
y se vuelven a repetir, intrascendentes,
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.
Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.
¿Cómo volver a recapturar el tiempo?
¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?
Pero... quién sabe si podremos recapturar el momento que perdimos.
Nadie puede predecir el pasado cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado el nombre de la calle
donde alguna vez pudimos encontrarnos
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.
Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.
¿Cómo volver a recapturar el tiempo?
¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?
Pero... quién sabe si podremos recapturar el momento que perdimos.
Nadie puede predecir el pasado cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado el nombre de la calle
donde alguna vez pudimos encontrarnos
Monday, November 22, 2010
Desvelada, Gabriela Mistral
Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»
Quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»
Quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»
Sunday, November 21, 2010
Date a volar, Alfonsina Storni
Anda, date a volar, hazte una abeja:
en el jardín florecen amapolas,
y el néctar fino colma las corolas;
mañana el alma tuya será vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma,
recorre el bosque y picotea granos,
come migajas en distintas manos,
la pulpa muerde de fragante poma.
Anda, date a volar, sé golondrina,
busca la playa de los soles de oro,
gusta la primavera y su tesoro:
la primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto.
Anda, camina por el mundo, sabe:
dispuesta sobre el mar está tu nave.
date a volar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquello.
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
corre, camina, gira, sube y vuela:
gústalo todo porque todo es bello.
Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, amor, yo te comprendo.
Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para tí.
Pero se hace la noche; no te apures.
Todas traen a mí...
en el jardín florecen amapolas,
y el néctar fino colma las corolas;
mañana el alma tuya será vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma,
recorre el bosque y picotea granos,
come migajas en distintas manos,
la pulpa muerde de fragante poma.
Anda, date a volar, sé golondrina,
busca la playa de los soles de oro,
gusta la primavera y su tesoro:
la primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto.
Anda, camina por el mundo, sabe:
dispuesta sobre el mar está tu nave.
date a volar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquello.
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
corre, camina, gira, sube y vuela:
gústalo todo porque todo es bello.
Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, amor, yo te comprendo.
Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para tí.
Pero se hace la noche; no te apures.
Todas traen a mí...
Alfonsina Storni
Saturday, November 20, 2010
TE BUSCO
Sola yo, amor,
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.
Gioconda Belli
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.
Gioconda Belli
Friday, November 19, 2010
Conjuros de la memoria, Gioconda Belli
No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pechotodos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pechotodos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo
chorreándome nostalgia
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo,
borrar la huella de mis pequeños pecados
vueltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo,
borrar la huella de mis pequeños pecados
vueltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo
hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes
helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del paraíso.
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del paraíso.
Thursday, November 18, 2010
Los portadores de sueños, Gioconda Belli
En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida que siempre se renueva
engendraron también una generación de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
Guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua el corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también habia engendrado
a los que inventaron la manera de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales
Tuvieron algo que ver con esto,
La verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento
de todas partes venían a impregnarse de su aliento de sus claras miradas
hacia todas partes salían los que habían conocido portando sueños
soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de mariposas
y ruiseñores y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines,
juguetes sorprendentes para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto sabemos que la vida
los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.
Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción.
Pero los siglos y la vida que siempre se renueva
engendraron también una generación de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores.
Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
Guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua el corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también habia engendrado
a los que inventaron la manera de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales
Tuvieron algo que ver con esto,
La verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento
de todas partes venían a impregnarse de su aliento de sus claras miradas
hacia todas partes salían los que habían conocido portando sueños
soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de mariposas
y ruiseñores y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines,
juguetes sorprendentes para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto sabemos que la vida
los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.
Tuesday, November 16, 2010
Soneto de la esperanza, Xavier Villaurutia
Soneto de la esperanza
Amar es prolongar el breve instante
de angustia, de ansiedad y de tormento
en que, mientras espero, te presiento
en la sombra suspenso y delirante.
¡Yo quisiera anular de tu cambiante
y fugitivo ser el movimiento,
y cautivarte con el pensamiento
y por él sólo ser tu solo amante!
Pues si no quiero ver, mientras avanza
el tiempo indiferente, a quien más quiero,
para soñar despierto en tu tardanza
la sola posesión de lo que espero,
es porque cuando llega mi esperanza
es cuando ya sin esperanza muero.
Amar es prolongar el breve instante
de angustia, de ansiedad y de tormento
en que, mientras espero, te presiento
en la sombra suspenso y delirante.
¡Yo quisiera anular de tu cambiante
y fugitivo ser el movimiento,
y cautivarte con el pensamiento
y por él sólo ser tu solo amante!
Pues si no quiero ver, mientras avanza
el tiempo indiferente, a quien más quiero,
para soñar despierto en tu tardanza
la sola posesión de lo que espero,
es porque cuando llega mi esperanza
es cuando ya sin esperanza muero.
Hoy, que es 16 de Noviembre
HOY, QUE ES EL CUMPLEAÑOS DE MI HERMANA,
Pablo Neruda
Hoy, que es el cumpleaños de mi hermana, no tengo
nada que darle, nada. No tengo nada, hermana.
Todo lo que poseo siempre lo llevo lejos.
A veces hasta mi alma me parece lejana.
Pobre corrió una hoja amarilla de otoño
y cantor como un hilo de agua sobre una huerta:
los dolores, tú sabes cómo me caen todos
como al camino caen todas las hojas muertas.
Mis alegrías nunca las sabrás, hermanita,
y mi dolor es ése, no te las puedo dar:
vinieron como pájaros a posarse en mi vida,
una palabra dura las haría volar.
Pienso que también ellas me dejarán un día,
que me quedaré solo, como nunca lo estuve.
Tú lo sabes, hermana, la soledad me lleva
hacia el fin de la tierra como el viento a las nubes!
Pero para qué es esto de pensamientos tristes!
A ti menos que a nadie debe afligir mi voz!
Después de todo nada de esto que digo existe...
No vayas a contárselo a mi madre, por Dios!
Uno no sabe cómo va hilvanando mentiras,
y uno dice por ellas, y ellas hablan por uno.
Piensa que tengo el alma toda llena de risas,
y no te engañarás, hermana, te lo juro.
Hoy, que es el cumpleaños de mi hermana, no tengo
nada que darle, nada. No tengo nada, hermana.
Todo lo que poseo siempre lo llevo lejos.
A veces hasta mi alma me parece lejana.
Pobre corrió una hoja amarilla de otoño
y cantor como un hilo de agua sobre una huerta:
los dolores, tú sabes cómo me caen todos
como al camino caen todas las hojas muertas.
Mis alegrías nunca las sabrás, hermanita,
y mi dolor es ése, no te las puedo dar:
vinieron como pájaros a posarse en mi vida,
una palabra dura las haría volar.
Pienso que también ellas me dejarán un día,
que me quedaré solo, como nunca lo estuve.
Tú lo sabes, hermana, la soledad me lleva
hacia el fin de la tierra como el viento a las nubes!
Pero para qué es esto de pensamientos tristes!
A ti menos que a nadie debe afligir mi voz!
Después de todo nada de esto que digo existe...
No vayas a contárselo a mi madre, por Dios!
Uno no sabe cómo va hilvanando mentiras,
y uno dice por ellas, y ellas hablan por uno.
Piensa que tengo el alma toda llena de risas,
y no te engañarás, hermana, te lo juro.
Saturday, November 13, 2010
Lo que entiendo, Salvador Pliego
Ensortijados como una red amplia de soles y corales,
anidan ahí, en la inmensidad, tus ojos desvestidos y profundos.
Entras a mi corazón y no sé cuánto es que te quiero.
Pero sales cual siseo: vasta e infinita.
¡Ah! … Dilatado en ti, me pronuncio:
Mi alma, perdida como un pájaro, busca y encuentra en ti
lo que el horizonte oscureciendo,
lo que la tarde pinta para encubrirse con la noche…
¡Y no sé cuánto es que te quiero!
Habito en tu corazón y habitas tú el mío.
Busca mi alma el consuelo y me enredo y al amor lo quiero.
Y tu boca se abre y vuelve a mis veneros.
Como las rutas que partieron, parto a ti
y ahí te encuentro, y luego arraigas el amor
y sé que a ti te quiero.
Mi corazón se arrulla y alza el vuelo y se protege desde el cielo,
y en la navegación distante, estibo y me anclo en tu pecho.
Y las bocas se abren cuando se abre el viento.
Y los labios silban degollando al tiempo.
¡Yo sé que a ti te quiero!
Cohabito entre los aires para amarte en tus linderos.
Pizco y luego entierro los secretos de tus ojos
y los dejo describiendo y murmurando tus deseos.
Si el mar al mar buscara… serías su consuelo.
Y te amo sin medida.
¡Y ni así sé cuánto más te quiero!
Basta saberme tuyo, y eso entiendo.
El mar abre tus ojos. La noche aluza y canta.
Allá, a lo lejos, la sal derrama el agua y baila.
Y es todo lo que entiendo.
Te amo sin medida.
¡Y es todo lo que entiendo!
El mar me abraza y calla,
y vuelvo a tus secretos y exclamo que te quiero.
El sol tus ojos dulces los mira y encandila.
La mar salpica un beso y lo entierra mar adentro.
Acá la melodía. Allá la lozanía.
Recitan las campanas. Corean sube y bajas.
Replican las montañas verdores en la orilla.
Y tú, entre las olas, te vuelves sinfonía.
¡Y es todo lo que entiendo!
anidan ahí, en la inmensidad, tus ojos desvestidos y profundos.
Entras a mi corazón y no sé cuánto es que te quiero.
Pero sales cual siseo: vasta e infinita.
¡Ah! … Dilatado en ti, me pronuncio:
Mi alma, perdida como un pájaro, busca y encuentra en ti
lo que el horizonte oscureciendo,
lo que la tarde pinta para encubrirse con la noche…
¡Y no sé cuánto es que te quiero!
Habito en tu corazón y habitas tú el mío.
Busca mi alma el consuelo y me enredo y al amor lo quiero.
Y tu boca se abre y vuelve a mis veneros.
Como las rutas que partieron, parto a ti
y ahí te encuentro, y luego arraigas el amor
y sé que a ti te quiero.
Mi corazón se arrulla y alza el vuelo y se protege desde el cielo,
y en la navegación distante, estibo y me anclo en tu pecho.
Y las bocas se abren cuando se abre el viento.
Y los labios silban degollando al tiempo.
¡Yo sé que a ti te quiero!
Cohabito entre los aires para amarte en tus linderos.
Pizco y luego entierro los secretos de tus ojos
y los dejo describiendo y murmurando tus deseos.
Si el mar al mar buscara… serías su consuelo.
Y te amo sin medida.
¡Y ni así sé cuánto más te quiero!
Basta saberme tuyo, y eso entiendo.
El mar abre tus ojos. La noche aluza y canta.
Allá, a lo lejos, la sal derrama el agua y baila.
Y es todo lo que entiendo.
Te amo sin medida.
¡Y es todo lo que entiendo!
El mar me abraza y calla,
y vuelvo a tus secretos y exclamo que te quiero.
El sol tus ojos dulces los mira y encandila.
La mar salpica un beso y lo entierra mar adentro.
Acá la melodía. Allá la lozanía.
Recitan las campanas. Corean sube y bajas.
Replican las montañas verdores en la orilla.
Y tú, entre las olas, te vuelves sinfonía.
¡Y es todo lo que entiendo!
Wednesday, November 10, 2010
Última rima, Juana Borrego
Yo he soñado en mis lúgubres noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
con un beso de amor imposible
sin sed y sin fuego, sin fiebre y sin ansias.
Yo no quiero el deleite que enerva,
el deleite jadeante que abrasa,
y me causan hastío infinito
los labios sensuales que besan y manchan.
¡Oh, mi amado!, ¡mi amado imposible!
Mi novio soñado de dulce mirada,
cuando tú con tus labios me beses,
bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias.
Dame el beso soñado en mis noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
que me deje una estrella en los labios
y un tenue perfume de nardo en el alma.
Monday, November 8, 2010
Poema Materia De Poesía de Luis Rogelio Nogueras
Qué importan los versos
que escribiré después ahora
cierra los ojos y bésame
carne de madrigal
deja que palpe el relámpago
de tus piernas
para cuando tenga
que evocarlas en el papel
cruza entera por mi garganta
entrégame tus gritos voraces
tus sueños carniceros
Qué importan los versos
donde fluirás intacta
cuando partas
ahora dame la húmeda certeza
de que estamos vivos
ahora
posa intensamente desnuda
para el madrigal donde sin falta
florecerás mañana
que escribiré después ahora
cierra los ojos y bésame
carne de madrigal
deja que palpe el relámpago
de tus piernas
para cuando tenga
que evocarlas en el papel
cruza entera por mi garganta
entrégame tus gritos voraces
tus sueños carniceros
Qué importan los versos
donde fluirás intacta
cuando partas
ahora dame la húmeda certeza
de que estamos vivos
ahora
posa intensamente desnuda
para el madrigal donde sin falta
florecerás mañana
VIDA DE UN POEMA, Luis Rogelio Nogueras
El poema nace
mira con ojos asombrados e inocentes su primera
mañana en el mundo
–aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema balbucea una palabra pura
descubre los objetos cercanos y distantes
toca su propio rostro
sonríe
–aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema crece
rompe sus juguetes
da unos pasos
cae
vuelve a levantarse
–oye decir que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema sale a la calle
tiene su amor imposible
su pedazo de dicha y un rencor
–comienza a sospechar que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema se hace adulto
derriba ídolos de barro
gana amigos y enemigos
se casa fecunda un vientre
–tiene ya casi la certeza de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema madura
aprende a comportarse en la mesa
perfila su estilo
suple pasión con experiencia
aprende a hacer posibles los amores imposibles
–está absolutamente seguro de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema envejece
mira con paternal ternura
a los jóvenes poemas inexpertos
les envidia en secreto su fuego y desaliño
–no les dice que todo lo que les acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema agoniza
mira con ojos tristes y culpables su última
noche en el mundo
–no lo consuela saber
que también su muerte es simple repetición–
Imitación de la vida, 1981.
mira con ojos asombrados e inocentes su primera
mañana en el mundo
–aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema balbucea una palabra pura
descubre los objetos cercanos y distantes
toca su propio rostro
sonríe
–aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema crece
rompe sus juguetes
da unos pasos
cae
vuelve a levantarse
–oye decir que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema sale a la calle
tiene su amor imposible
su pedazo de dicha y un rencor
–comienza a sospechar que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema se hace adulto
derriba ídolos de barro
gana amigos y enemigos
se casa fecunda un vientre
–tiene ya casi la certeza de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema madura
aprende a comportarse en la mesa
perfila su estilo
suple pasión con experiencia
aprende a hacer posibles los amores imposibles
–está absolutamente seguro de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema envejece
mira con paternal ternura
a los jóvenes poemas inexpertos
les envidia en secreto su fuego y desaliño
–no les dice que todo lo que les acontece
aconteció ya muchas veces–
El poema agoniza
mira con ojos tristes y culpables su última
noche en el mundo
–no lo consuela saber
que también su muerte es simple repetición–
Imitación de la vida, 1981.
Sunday, November 7, 2010
Súplica pública y más, Luis Rogelio Nogueras
Súplica pública y más
Poesía
no dejes que madure
lejos de mis versos
el corazón de esa muchacha
no permitas que se vaya
hazla zozobrar en mí
dame la salvaje marea oscura
de su pelo
el huracán rojo
de su risa desnuda.
No demores
poesía
devuélmela.
Poesía
no dejes que madure
lejos de mis versos
el corazón de esa muchacha
no permitas que se vaya
hazla zozobrar en mí
dame la salvaje marea oscura
de su pelo
el huracán rojo
de su risa desnuda.
No demores
poesía
devuélmela.
Saturday, November 6, 2010
Poema Labios Sim Beijos de Luis Rogelio Nogueras
Otra boca besa la boca que mi boca ya no besa
otras manos tocan las manos que mis manos
ya no tocan
otros ojos se miran en los ojos que ya no ven
mis ojos
boca que te fuiste
manos que se fueron
ojos que se fueron
mi mano escribe el poema
que mi boca no quiere repetir, no
que mis ojos no quieren leer, no
mi mano escribe el poema de tu boca
(que tampoco repetirá tu boca)
el poema de tus ojos
(que tampoco leerán tus ojos)
el poema de tus manos
(que tus manos no tocarán)
se fue la boca, sí
se fueron las manos, sí
se fueron los ojos, sí
sólo queda el poema
manco
ciego
mudo
otras manos tocan las manos que mis manos
ya no tocan
otros ojos se miran en los ojos que ya no ven
mis ojos
boca que te fuiste
manos que se fueron
ojos que se fueron
mi mano escribe el poema
que mi boca no quiere repetir, no
que mis ojos no quieren leer, no
mi mano escribe el poema de tu boca
(que tampoco repetirá tu boca)
el poema de tus ojos
(que tampoco leerán tus ojos)
el poema de tus manos
(que tus manos no tocarán)
se fue la boca, sí
se fueron las manos, sí
se fueron los ojos, sí
sólo queda el poema
manco
ciego
mudo
Friday, November 5, 2010
Te quiero, Salvador Pliego
Hoy, bueno, tal vez el viento,
tal vez la nada adornada de un “te quiero”,
quizá fue el despertar cargado de ti en mi perchero,
los remolinos que encontré en mi cabello,
una taza de azúcar con sabor a cielo,
como sea y siempre las miles de veces
que te he dicho que te quiero
y el esperar sentado mirando rascacielos.
Pero hoy, bueno, tal vez el viento,
¿alguna vez te dije lo indispensable que te has vuelto?,
¿que me cala, como a nadie, ese silencio al despertarme
si tu nombre no amanece en mi bolsillo y se aparece?,
¿que me encienden las cobijas por sólo no atraparte?
Y bueno, hoy, tal vez el viento.
Esa necesidad de agua y no de un vaso, ni de lluvia,
sino de un labio que se arrima.
Esa terquedad de aire que exhala y es a ti a quien respira.
Ese bombear de sangre de tu pecho que me anima.
Esa testarudez de mi alma que te envidia.
Pero, bueno,
¿te dije hoy lo indispensable que te has vuelto?
Tal vez el viento… Y un mucho de un te quiero.
tal vez la nada adornada de un “te quiero”,
quizá fue el despertar cargado de ti en mi perchero,
los remolinos que encontré en mi cabello,
una taza de azúcar con sabor a cielo,
como sea y siempre las miles de veces
que te he dicho que te quiero
y el esperar sentado mirando rascacielos.
Pero hoy, bueno, tal vez el viento,
¿alguna vez te dije lo indispensable que te has vuelto?,
¿que me cala, como a nadie, ese silencio al despertarme
si tu nombre no amanece en mi bolsillo y se aparece?,
¿que me encienden las cobijas por sólo no atraparte?
Y bueno, hoy, tal vez el viento.
Esa necesidad de agua y no de un vaso, ni de lluvia,
sino de un labio que se arrima.
Esa terquedad de aire que exhala y es a ti a quien respira.
Ese bombear de sangre de tu pecho que me anima.
Esa testarudez de mi alma que te envidia.
Pero, bueno,
¿te dije hoy lo indispensable que te has vuelto?
Tal vez el viento… Y un mucho de un te quiero.
Thursday, November 4, 2010
EL POETA A SU AMADA - César Vallejo
Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.
En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.
En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.
Wednesday, November 3, 2010
TE AMO, Paul Eluard
Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
Por los animales puros que el hombre no persigue.
Te amo por amar.
Te amo por todas las mujeres que no amo.
Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco
sin ti no veo más que una planicie desierta.
Entre antes y ahora
están todas estas muertes que he sorteado sobre paja.
No he podido atravesar el muro de mi espejo.
Tuve que aprender la vida como se olvida
palabra por palabra
Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión.
Por el corazón inmortal que no poseo
crees ser la duda y no eres sino razón.
Eres el sol que me sube a la cabeza
cuando estoy seguro de mí.
Monday, November 1, 2010
Garcia Lorca, Si mis manos pudieran deshojar
En las noches oscuras
Cuando vienen los astros
Cuando vienen los astros
A beber en la luna
Y duermen los ramajes
Y duermen los ramajes
De las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
Y yo me siento hueco
De pasión y de música.
Loco reloj que canta
Loco reloj que canta
Muertas horas antiguas.
Yo pronuncio tu nombre,
Yo pronuncio tu nombre,
En esta noche oscura,
Y tu nombre me suena
Y tu nombre me suena
Más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
Y más doliente que la mansa lluvia.
¿Te querré como entonces Alguna vez?
Más lejano que todas las estrellas
Y más doliente que la mansa lluvia.
¿Te querré como entonces Alguna vez?
¿Qué culpa Tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma
¿Qué otra pasión me espera?
¿Qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡¡Si mis dedos pudieran
¡¡Si mis dedos pudieran
Deshojar a la luna!!
Garcia Lorca
Garcia Lorca
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