Nuevo amor
Este cuerpo que Dios pone en mis brazos
para enseñarme a andar por el olvido,
no sé ni de quién es.
Al encontrarlo,
un ángel negro, una gigante sombra,
se me acercó a los ojos, y entró en ellos
silencioso y tenaz igual que un río.
Todo lo destruyó con su corriente.
Los íntimos lugares más ocultos
visitó, alborotó; fue levantado,
violento, dulce, atropellado y roto,
a otro mundo en los bordes de mi beso:
única flor aún viva en el espacio,
que en más fecundo ardor cambió la ausencia.
Luego en mi carne abrió sus amplias alas,
clavándome sus plumas bajo el pecho
todo temblor y anuncio de otras dudas...
No sé qué vida, así, podrá encenderme
la entrada de este ángel.
Soy un templo arruinado, desde que vino a mí:
farol vacío;
como puerta cerrada de lo eterno...
Y lo que fui no sé: quizás lo sepa,
cuando este cuerpo vuelva a abandonarme
y yo vuelva a nacer desde mis labios
despegado al calor que los concibe...
Mas hoy, por fin, he detenido al día
le he destrozado el corazón al tiempo,
aunque dentro de mí como una daga,
siento al ángel crecer, que me atormenta.
Este cuerpo que Dios pone en mis brazos
para enseñarme a andar por el olvido,
no sé ni de quién es.
Al encontrarlo,
un ángel negro, una gigante sombra,
se me acercó a los ojos, y entró en ellos
silencioso y tenaz igual que un río.
Todo lo destruyó con su corriente.
Los íntimos lugares más ocultos
visitó, alborotó; fue levantado,
violento, dulce, atropellado y roto,
a otro mundo en los bordes de mi beso:
única flor aún viva en el espacio,
que en más fecundo ardor cambió la ausencia.
Luego en mi carne abrió sus amplias alas,
clavándome sus plumas bajo el pecho
todo temblor y anuncio de otras dudas...
No sé qué vida, así, podrá encenderme
la entrada de este ángel.
Soy un templo arruinado, desde que vino a mí:
farol vacío;
como puerta cerrada de lo eterno...
Y lo que fui no sé: quizás lo sepa,
cuando este cuerpo vuelva a abandonarme
y yo vuelva a nacer desde mis labios
despegado al calor que los concibe...
Mas hoy, por fin, he detenido al día
le he destrozado el corazón al tiempo,
aunque dentro de mí como una daga,
siento al ángel crecer, que me atormenta.
Amigos,comento aquí porque encontré este espacio.Leyendo los versos de Loynaz,al hablar de luz y sombra,recordé a uno de mis escritores cubanos preferidos,que le escribió al amor y sobre el amor,y marcó una época de cambios en nuestro país,yo leía sus libros ávidamente y no conseguía parar hasta el fin,muchos de ustedes deben conocerlo y concordarán conmigo,es Manuel Cofiño,de él recuerdo las novelas "Cuando la sangre se parece al fuego" y "Amor a sombra y sol",me disculpan,soy mala recordando títulos,leí otros que no me acuerdo,entre ellos cuentos de amor,muy lindos...Si pudieras poner,Graciela,algún trecho de algo que él escribió,sería bueno para recordarlo,quien conoció su obra o conocerlo,quien no lo ha hecho.EL murió hace muchos años ya,pero sus libros marcaron más de una generación
ReplyDeleteDE GRACIELA:
ReplyDeletegracias tania, me gusta mucho Cofiño, de hecho dde el es la frase del titulo de mi otro blog EN FIN EL MAR, creo que es una obligada lectura para todos los cubanos, creo que todos le leimos y reiamos y llorabamos leyendole, para mi fue algo que me dejo marcada, por eso cuando hice mi primer blog de literatura y poesia le puse ese nombre, en fin el mar, que para mi tiene mucho significado y dice muchas cosas, gracias de nuevo por tu sugerencia, tengo muchos de sus escritos a mano, salvados en mi pc asi que hot mismo posteo algo de el.
graciela