Thursday, April 29, 2010

- Manuel Cofiño, La Habana, 1936 -1987.

........Regresaba ágil e inquietante. Las mejillas ardiendo, el pelo lacio veteado por el sol y la alegría chispéandole en los ojos. Cansada de buen cansancio, traía besos silvestres y una sonrisa amplia y temblorosa. Decía que el trabajo es la más hermosa alegría de la vida. Y la luz, la mañana, el sueño y la verdad echaban a andar al mismo tiempo.
Pero un día no amanecí más en su mirada, perdí la gravedad de su carne entusiasta, la saliva sabia de sus besos, las uñas de sus manos busconas, el esplenderoso olor de su pelo. Dejó un hueco repleto de recuerdos, lecciones y silencios. ¿Con cuál ropa se fue? No sé. Ale quebró, se evaporó, se hizo sombra y luz al mismo ti
En este cuarto quedó de ella un ligero olor, una voz en el viento, unas canciones cantando en las paredes, un aire, el ruido de la enredadera contra el cinc, una hoja olvidada, la luz entrando por la ventana y el chirrido de un vaso limpiando la tristeza.
¿Me enseñó a ser distinto? No se porque me dejó la recompensa: un libro, una sonrisa, cuatro paredes llenas de canciones, un pedazo de mar y una ventana.

preciosa historia de amor, si quieres leerla completa ve a http://enfinelmaryyo.blogspot.com/p/hexaedro-rosa.html



http://www.southernjourneys.co.za/

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